En los primeros golpes, esos que solo tu sabes...esos que recibiste de niña, los primeros dolores que te dio la vida...de esos te levantabas tan rápido...ni siquiera sentías en ese momento que caías y te levantabas... era automático. Sería que en esa edad los sueños sobran, la fe está intacta, crees que eres dueña del mundo.
La vida impiadosa sigue dando batalla, te sigues cayendo y te sigues levantando, unos golpes son más duros que otros...hay algunos de los que creíste que nunca lo lograrías pero te pusiste de pie nuevamente. La realidad es que los golpes y los años matan sueños, ya no nacen tan fáciles. Ya no solo toca levantarse... toca también inventarse sueños, creer que pese a todo algo bueno puede pasar.
Ahora hay días que ya no sabes si estás parada o estás caída, ya no sabes si te quedan sueños o te han matado las ganas de soñar. Hay momentos que sientes una mano que te esta tomando del cuello y te ahoga... esos en que te gana la angustia...esos en los que cuesta respirar y te preguntas hasta cuando aguantarás...pero sientes que debes seguir...así rota, con el alma cansada, con los ojos apagados, llorando mares, casi vencida, aún sin fuerzas... debes seguir.
Esa necesidad de continuar no es otra cosa que la vida aleteando dentro tuyo, es esa rebeldía que no ha muerto y que insiste en ganarle una partida a la vida. Has sido fuerte demasiado tiempo y estás cansada pero sabes que después de tanta batalla algo bueno sucederá porque lo mereces, porque tienes la capacidad de reinventarte y lo volverás a intentar.
Yo sé que estás cansada... créeme que lo sé, pero también sé que tienes alas, que solo están cerradas, que llegará el momento en que volverás a volar...siempre lo has hecho, quizás esta racha sea más larga y te sientas agotada pero tú volverás a volar porque más tarde o mas temprano el águila dentro tuyo volverá a lo más alto porque ese es su lugar.